El gobierno mexicano reitera su compromiso con la salud pública y los derechos indígenas, a pesar de perder la disputa comercial con Estados Unidos.
Por Fausto Hernández | Reportero
El gobierno mexicano manifestó su desacuerdo con la resolución emitida por un panel del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sobre la disputa relacionada con el maíz genéticamente modificado. A pesar de ello, aseguró que respetará la decisión, según un comunicado emitido este viernes por las Secretarías de Economía y Agricultura.
La controversia surgió en 2023, cuando el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador prohibió el uso de maíz transgénico en la harina y masa para tortillas. Estados Unidos llevó el caso al mecanismo de solución de controversias del T-MEC, argumentando que la medida carecía de sustento científico y violaba los compromisos del acuerdo comercial.
El maíz transgénico en el centro del debate comercial
El panel del T-MEC falló a favor de Estados Unidos al determinar que las restricciones mexicanas sobre el maíz transgénico no estaban respaldadas por evidencia científica. Además, concluyó que estas medidas socavan el acceso al mercado estadounidense establecido en el tratado.
México defendió su posición basándose en principios de salud pública, conservación de recursos naturales y protección de derechos indígenas. El comunicado gubernamental subrayó que el maíz es un símbolo cultural y agrícola fundamental para el país, con más de 60 variedades autóctonas que han sido preservadas desde tiempos prehispánicos.
“México seguirá reivindicando los derechos de sus ciudadanos en el marco de sus compromisos internacionales”, indicaron las Secretarías de Economía y Agricultura en un escrito difundido en redes sociales. Sin embargo, reconocieron la importancia del sistema de solución de diferencias del T-MEC como pieza clave para la estabilidad comercial en la región.
El impacto simbólico y económico del fallo
El maíz es un alimento básico en la dieta de los mexicanos y un elemento central de la identidad nacional. Por ello, la decisión de restringir el maíz transgénico buscó proteger tanto la salud pública como la capacidad agrícola local. El fallo del panel representa un reto para el gobierno mexicano, que ahora deberá equilibrar sus compromisos comerciales con su agenda interna.
Por su parte, el gobierno de Joe Biden celebró la resolución al considerar que protege los intereses de los agricultores estadounidenses y asegura el acceso a un mercado clave en América Latina. Funcionarios de Estados Unidos señalaron que el fallo reafirma la necesidad de basar las decisiones comerciales en principios científicos.
El fallo podría tener implicaciones en las relaciones comerciales entre ambos países, especialmente en el sector agrícola. México y Estados Unidos han mantenido una relación comercial estrecha bajo el T-MEC, pero esta disputa ha puesto de manifiesto tensiones sobre temas sensibles para ambas naciones.
México reafirma compromisos fundamentales
El Gobierno de México enfatizó su compromiso con valores fundamentales como la salud, la moral pública, la conservación de recursos naturales y los derechos de los pueblos indígenas. Estas prioridades, indicó el comunicado, fueron reconocidas como legítimas por el panel del T-MEC, aunque no suficientes para justificar las restricciones al maíz transgénico.
La Secretaría de Economía, liderada por Raquel Buenrostro, aseguró que continuará defendiendo los intereses nacionales mediante los mecanismos establecidos en el tratado. Asimismo, indicó que buscará alternativas para proteger las variedades de maíz autóctonas, que son esenciales para la soberanía alimentaria y cultural del país.
En tanto, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, encabezada por Víctor Villalobos, anunció que trabajará en conjunto con los sectores agrícola e indígena para mitigar el impacto del fallo. Este esfuerzo incluirá programas de apoyo para fortalecer la producción local de maíz y promover prácticas agrícolas sostenibles.
Un desafío para el futuro comercial de México
El caso del maíz transgénico refleja las tensiones inherentes a los acuerdos comerciales multilaterales, donde las prioridades nacionales pueden entrar en conflicto con las obligaciones internacionales. El gobierno mexicano aseguró que respetará el fallo del T-MEC, pero advirtió que continuará defendiendo sus intereses en futuras negociaciones.
La resolución del panel podría sentar un precedente en disputas comerciales relacionadas con temas ambientales y de salud pública. Organizaciones de la sociedad civil y grupos indígenas han expresado su preocupación por el impacto de esta decisión en la autonomía alimentaria del país.
En el ámbito político, la oposición ha criticado al gobierno de López Obrador por no prever las consecuencias de sus políticas restrictivas sobre el maíz transgénico. Mientras tanto, sectores progresistas han aplaudido los esfuerzos por proteger el patrimonio agrícola y cultural de México. –sn–

