Estigma y discriminación impiden el diagnóstico del VIH

Por Deyanira Vázquez | Reportera

En México, el estigma y la discriminación persistieron como barreras que impidieron el diagnóstico oportuno del VIH. Así lo reveló Rodrigo Moheno, director de la organización México Vivo, al presentar avances y desafíos en la respuesta nacional frente a la epidemia.

Según explicó, muchas personas evitaron acudir a las instituciones de salud por miedo al juicio social. Esta situación frenó su derecho al tratamiento antirretroviral, el cual se encuentra disponible de manera universal en el sistema público de salud.

Moheno precisó que la lucha contra el VIH requería una estrategia integral. Señaló que deben involucrarse gobiernos, comunidades y organismos internacionales, bajo un enfoque centrado en la dignidad humana.

Uno de los avances mencionados fue la introducción de la auto-prueba de VIH, herramienta que permitió un mayor nivel de privacidad. Esta innovación facilitó la detección temprana y redujo el impacto del estigma social.

Auto-pruebas, herramienta clave para detección temprana

Las auto-pruebas de VIH se posicionaron como una solución efectiva para ampliar el diagnóstico. Gracias a su confidencialidad, muchas personas accedieron a esta alternativa sin exponerse a prejuicios ni señalamientos.

El uso de este mecanismo promovió que los usuarios acudieran posteriormente a instituciones médicas. Ahí, pudieron obtener confirmación del diagnóstico y vincularse al tratamiento de forma rápida y digna.

El director de México Vivo reiteró que el acceso al tratamiento antirretroviral es universal en México. Las personas que conocen su diagnóstico pueden controlar el virus en un periodo de uno a dos meses.

Moheno lamentó que solo 7 de cada 10 personas con VIH conocen su estatus serológico. Esta cifra evidenció la necesidad de fortalecer las campañas de detección y abatir el miedo social que rodea al virus.

Acceso universal al tratamiento, aún con retos

El acceso a tratamientos de última generación representó un avance fundamental. Estos medicamentos, disponibles en el sistema de salud, lograron controlar la carga viral en corto tiempo, mejorando la calidad de vida de los pacientes.

Pese a ello, el estigma impidió que miles de personas accedieran a estos beneficios. Las organizaciones civiles como México Vivo identificaron que la discriminación continuó siendo una barrera estructural.

En entrevista, Rodrigo Moheno expresó que la colaboración con instituciones públicas resultó indispensable. Solo mediante alianzas estratégicas se lograría ampliar el acceso a diagnóstico y prevención.

Subrayó que el abordaje del VIH debía ser multidisciplinario. Esto implicó acciones que integraran atención médica, apoyo psicológico y mecanismos de inclusión laboral y social.

Trabajo conjunto para eliminar barreras sociales

El director de México Vivo afirmó que el combate al VIH no debe centrarse solo en lo clínico. También implica un esfuerzo sostenido para erradicar el estigma que rodea a quienes viven con el virus.

Las estrategias de prevención combinadas, como el uso del condón, PrEP, pruebas periódicas y educación sexual, jugaron un papel clave. A ello se sumó la distribución de auto-pruebas en espacios comunitarios y centros de salud.

Moheno insistió en que la lucha contra el VIH debe incluir a toda la sociedad. Consideró fundamental que las políticas públicas se construyan con la participación activa de la sociedad civil.

Añadió que garantizar un entorno libre de discriminación aumentaría la detección. Así, más personas podrían iniciar tratamientos a tiempo y llevar una vida plena y saludable.

Un llamado urgente por la salud pública y la dignidad

Rodrigo Moheno puntualizó que México cuenta con los recursos técnicos y médicos para combatir el VIH. Sin embargo, la voluntad política y el compromiso social resultaron determinantes para avanzar.

La organización México Vivo ha trabajado desde hace años para eliminar las barreras que impiden el diagnóstico. Ha llevado campañas informativas, distribución de pruebas y atención integral en espacios seguros.

Las cifras actuales reflejaron la urgencia de intensificar los esfuerzos. A pesar de los logros alcanzados, los retos estructurales continuaron afectando a las poblaciones más vulnerables.

La auto-prueba de VIH abrió una nueva posibilidad en el camino hacia el acceso universal. Permitió que personas fuera del radar institucional pudieran conocer su diagnóstico de forma segura y privada. –sn–