Muestra celebra 40 años de defensa del caracol púrpura en Oaxaca

SN Redacción | EFE

Autoridades federales inauguraron en el Museo Nacional de Culturas Populares la exposición Tixinda: 40 años en la defensa del caracol púrpura, con la curaduría de la antropóloga Marta Turok.

La muestra expone la lucha biocultural de la comunidad mixteca de Pinotepa de Don Luis, en Oaxaca, por preservar la tintura ancestral del molusco Plicopurpura pansa.

Este caracol, conocido como tixinda en lengua mixteca, ha sido resguardado durante generaciones por tintoreros locales mediante una técnica sustentable.

La exposición se encuentra en la Sala María Sabina del recinto cultural, adscrito a la Secretaría de Cultura del gobierno federal.

Un recorrido por la memoria

La curadora recordó que el museo abrió sus puertas a este tema hace cuatro décadas. “Llevábamos dos años investigando cuando se montó la primera exposición”, explicó.

Durante la ceremonia de inauguración, Marta Turok relató cómo esta segunda muestra retoma hallazgos y aprendizajes obtenidos en los últimos 40 años.

“Recuperamos fotografías de 1985, trajimos textiles, mapas, y documentos”, afirmó. También mencionó influencias extranjeras y referencias prehispánicas.

La curadora subrayó que se trata de una exposición sobre la memoria histórica, pero también sobre el porvenir de este conocimiento.

Testimonios de vida tintorera

La muestra reúne 35 piezas entre textiles, libros, objetos y 15 fotografías, varias pertenecientes a la exposición original.

Los materiales documentan el uso del tinte púrpura en trajes ceremoniales, mayordomías, bodas y festividades de la comunidad mixteca.

El maestro tintorero Mauro Abacuc Avendaño compartió su experiencia de aprendizaje autodidacta en la técnica de extracción del tinte.

“Caminé ocho días hasta Puerto Ángel cuando tenía quince años. Nadie nos lo explicó: lo aprendimos viendo y haciendo”, dijo.

Técnica ancestral, riesgo actual

La extracción del tinte se realiza sin dañar al molusco, lo que representa una práctica sustentable de enorme valor ecológico.

Aunque el caracol no se encuentra biológicamente en riesgo, sí lo está la cultura que lo resguarda, advirtió Turok.

“La técnica solo sobrevivirá si la sociedad acompaña a quienes la practican. Requiere vigilancia y voluntad política”, aseguró.

Recalcó que los jóvenes pueden interesarse por la tradición, pero también necesitan una fuente de ingreso estable.

Innovación desde las raíces

Las artesanas han incorporado nuevas formas de comercialización y diseño para mantener vigente la tradición textil.

Como ejemplo, Turok lució un huipil hilado a mano, teñido con caracol púrpura y añil, que forma parte de las piezas exhibidas.

“La innovación puede venir de la raíz misma, de lo que ya somos”, expresó frente a los asistentes al recorrido inaugural.

La exposición también compara el uso de esta tintura en otras culturas, como Japón o el Mediterráneo, resaltando su universalidad.

Defensa cultural con proyección global

Gráficas, vitrinas y piezas tejidas con técnicas prehispánicas contextualizan el tinte púrpura en la historia global de los colorantes naturales.

“Tenemos ejemplos de códices, mapas de viajeros y textiles de otros continentes”, comentó la especialista.

“El caracol no es exclusivo de México, pero la forma en que lo protegemos aquí sí lo es. Eso debemos preservar”, añadió.

La muestra visibiliza los saberes indígenas como patrimonio cultural que enfrenta retos económicos y ecológicos contemporáneos.

Compromiso con la cultura viva

El Museo Nacional de Culturas Populares abre nuevamente su espacio a una lucha comunitaria por la defensa del territorio y la cultura.

Con este montaje, se refrenda la importancia de las alianzas entre comunidades indígenas, academia y organismos culturales.

La exhibición permanecerá abierta al público durante los próximos meses con entrada gratuita y actividades paralelas.

Con esta acción, la Secretaría de Cultura del gobierno federal continúa reconociendo los saberes originarios como parte fundamental del patrimonio nacional. –sn–