Aumenta contaminación en presa Madín, en Atizapán, edomex

Por Mireya Estrada | Corresponsal

A pesar de los llamados del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, las descargas de aguas negras continuaron. Municipios como Naucalpan, Xonacatlán, Jilotzingo y Atizapán de Zaragoza enviaron corrientes contaminadas a la presa.

Los niveles de toxicidad incrementaron de manera alarmante en este importante cuerpo de agua del Valle de México. El embalse enfrentó un proceso de descomposición acelerado, sin respuesta gubernamental efectiva. La proliferación de agentes contaminantes arrastró a la presa Madín a una crisis ambiental profunda.

Ninguna autoridad asumió la responsabilidad de frenar los daños en la zona.
La administración del alcalde Pedro Rodríguez Villegas dejó en el abandono los compromisos ambientales.

Advertencias sin respuesta

El presidente municipal de Atizapán de Zaragoza acumuló tres gestiones sin resultados sobre la presa. El gobierno local ignoró las alertas emitidas por expertos y organismos nacionales desde hace años.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) advirtió desde hace cinco años sobre la gravedad del problema. Planteó que el tratamiento de aguas residuales era indispensable para frenar el deterioro del embalse.

La recomendación incluía mejorar los sistemas de alcantarillado y plantas de tratamiento. A pesar del llamado urgente, los municipios no emprendieron acciones concretas.

La contaminación aumentó sin control, y los residuos llegaron sin filtros a la presa Madín. El dirigente social David Parra Sánchez criticó la inacción y la ausencia de un plan integral.

Tecnología insuficiente

Parra sostuvo que se requería tecnología avanzada para la potabilización del agua.
Advirtió que los residuos no eran eliminados por completo en la planta tratadora. Lamentó la falta de inversión pública para mejorar el sistema de limpieza del embalse.

Recordó que, en el pasado, la presa fue punto de reunión y recreación familiar.

Ahora, dijo, solo quedaban restos de contaminación, abandono y preocupación colectiva. El ambientalista respaldó la postura de la Conagua sobre frenar el deterioro con medidas firmes.

El lirio acuático cubrió buena parte del espejo de agua, generado por nutrientes en exceso. Esa invasión vegetal derivó en la muerte de fauna acuática, sin respuesta institucional.

Muerte masiva de peces

En 2019, el lirio cubrió toda la superficie de la presa, afectando el ecosistema interno. Los peces comenzaron a morir por la falta de oxígeno y la carga de contaminantes. Sus cuerpos quedaron expuestos al aire libre, sin tratamiento ni atención sanitaria.
Parra Sánchez denunció la ausencia de un protocolo emergente para este tipo de incidentes.

Identificó como principales contaminantes a los coliformes fecales, grasas, aceites y detergentes. También mencionó sólidos disueltos y ortofosfatos como parte del deterioro del agua. Explicó que los canales de desecho carecían de revestimiento adecuado. Los líquidos cruzaban suelos altamente permeables, provocando mayor exposición de acuíferos.

Sin firmeza institucional

La falta de firmeza de las autoridades federales y estatales agravó el escenario ambiental. Los gobiernos municipales ignoraron los exhortos y desoyeron las recomendaciones técnicas. La Comisión Nacional del Agua mantuvo una postura pasiva ante los focos de alerta. Los llamados científicos para eliminar metales pesados no se tomaron en cuenta.

Mientras tanto, la fauna de la presa sobrevivió en condiciones extremas. Las sequías y el bajo nivel de agua empeoraron el ecosistema del embalse. La situación fue denunciada ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). El 31 de agosto de 2023, ese organismo emitió la recomendación 135/2023 dirigida a Conagua.

Recomendación rechazada

La CNDH basó su documento en la queja de noviembre de 2021 sobre la muerte de peces. Vinculó la contaminación al vertedero de Santiago Tepatlaxco, cerca de la presa Madín. Conagua respondió que carecía de competencia sobre el problema ambiental. El organismo federal deslindó su responsabilidad y apuntó a los gobiernos municipales.

La CNDH solicitó información sobre descargas sin tratamiento y lixiviados del relleno sanitario. También pidió explicaciones sobre el crecimiento urbano desordenado en la región. Requirió un plan de restauración para revertir los daños ocasionados por la contaminación. Conagua rechazó todo lo expuesto en la recomendación oficial del organismo defensor. –sn–