La cofradía de la Santísima Trinidad, heredera del gremio de arrieros que salvó al joven rey Alfonso VIII en 1162, vuelve a recorrer a caballo las calles y caminos de la Sierra Norte en una jornada única de identidad, fe y tradición.
Por Deyanira Vázquez | Reportera
Este domingo, 8 de junio, Atienza vuelve a convertirse en epicentro de la historia y la tradición con la celebración de La Caballada, una de las fiestas más antiguas y singulares de Castilla. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, Regional y Provincial, esta conmemoración reúne más de 850 años -863 para ser exactos- de historia viva, arraigada en la identidad serrana de la comarca y conservada con pasión por la Cofradía de la Santísima Trinidad.
La Caballada rememora un hecho histórico ocurrido en 1162, cuando los arrieros de Atienza, jugándose la vida, liberaron al joven rey Alfonso VIII del cerco leonés y lo condujeron a salva hasta Ávila, oculta entre sus mercancías. Este gesto de valentía no solo aseguró el futuro del reino de Castilla, sino que fue recompensado con privilegios que marcaron la historia de Atienza.
La Caballada se celebra siempre el Domingo de Pentecostés, y este año será el domingo 8 de junio. La jornada comenzará a las 10:00h, con la reunión de los Hermanos en la casa del Prioste, donde se saldan las multas por incumplimientos de los usos y costumbres seculares de la Hermandad.
Tras recoger al Abad, la comitiva, a caballo y con estandartes, recorrerá los casi 2 km hasta la ermita de Nuestra Señora de la Estrella, donde comienza la romería con la Virgen hasta la Peña de la Bandera, lugar donde se realiza la tradicional subasta de las andas. Posteriormente, se celebra una misa solemne, seguida de una comida de hermandad.
Por la tarde, se regresa a la villa para culminar con un momento simbólico: el reencuentro en la casa del Prioste, sellado con un trago de vino en porrón, símbolo de unidad, compromiso y tradición. –sn–

