El 73% de los españoles percibe el precio como un obstáculo para comer sano

El precio, la falta de tiempo y la escasez de promociones se posicionan como los principales obstáculos para llevar una dieta equilibrada y saludable.

Por Vera Martín del Campo | Corresponsal

Comer saludable es una prioridad para los hogares españoles, pero también un reto. Así lo confirma la segunda edición del ‘Radar SaluDiable’, un estudio elaborado por Día con el aval de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), que analiza los hábitos de alimentación y consumo de los hogares españoles*.

Entre las principales conclusiones, el informe revela que más del 90% de los consumidores reconoce estar muy preocupados por su alimentación y bienestar, de hecho, más de un 95% de los encuestados está interesado en mejorar sus hábitos alimentarios, pero solo un 28% afirma conseguir mantener hábitos saludables en su día a día.

Esta brecha entre intención y acción se explica, en gran medida, por las barreras que enfrentan los consumidores. El obstáculo más señalado: el precio: el 73,1% de los encuestados considera que el coste de los alimentos saludables es la principal barrera para llevar una dieta equilibrada, una percepción que ha crecido en 13 puntos porcentuales respecto al 60% reflejado en la primera edición del informe publicado en 2024. Le siguen otras dificultades como la falta de tiempo (30,6%) o la escasez de promociones en alimentos saludables (27,6%).

Comer alimentos frescos: un hábito deseado, pero percibido como costoso

Aunque cada vez existen más propuestas para ayudar a los consumidores a comer sano sin repercutir en su presupuesto, la percepción general sigue siendo crítica. Según la segunda edición del Radar SaluDiable, ocho de cada diez encuestados consideran muy difícil elaborar una comida saludable por menos de 2,5 euros por persona , una cifra que se agrava ligeramente respecto al 70% que lo creía así en 2024.

Este escepticismo se vincula especialmente al consumo de alimentos frescos: un 64% de los encuestados cree que una dieta variada en productos frescos y mínimamente procesados es más cara que otra basada en productos ultraprocesados o preparados. Tan solo un 15% considera que es más barato, y un 19,5% cree que ambas opciones cuestan lo mismo. –sn–