La metodología BIM se consolida como aliada clave en la planificación y ejecución de este nuevo modelo constructivo.
Por Vera Martín del Campo | Corresponsal
La construcción industrializada está viviendo un momento de agosto en España. A medida que el sector busca alternativas más sostenibles, rápidas y eficientes, esta forma de edificación -basada en la fabricación de componentes en fábrica para su posterior ensamblaje en obra— se presenta como una solución clave para responder a los desafíos actuales del mercado inmobiliario y de infraestructuras.
Desde la vivienda asequible hasta los grandes equipamientos públicos, cada vez más promotores, constructoras y administraciones apuestan por este modelo.
Las ventajas son claras: reducción de plazos de ejecución, control de calidad en entornos industriales, menor generación de residuos y una importante disminución del impacto ambiental.
En un contexto marcado por la escasez de mano de obra y la necesidad de descarbonizar el sector, la construcción industrializada representa una alternativa real frente a los métodos tradicionales.
Según datos recientes del Observatorio 2030 del CSCAE, el crecimiento de esta tendencia ha sido especialmente notable en los dos últimos años, con un número creciente de proyectos públicos y privados que incorporan soluciones modulares, paneles prefabricados y estructuras ligeras industrializadas.
Comunidades como Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana encabezan este impulso, con iniciativas tanto residenciales como en infraestructuras educativas y sanitarias. –sn–

