Las casas prefabricadas se consolidan como la alternativa ideal para segundas residencias: rápidas de construir, eficientes, personalizables y con bajo impacto ambiental.
Por Deyanira Vázquez | Reportera
Si antes fueron las casas del pueblo, la costa o la montaña, ahora llega el turno de un nuevo protagonista en el universo de las segundas residencias: las casas prefabricadas. Una tendencia que ha pasado de ser percibida como una alternativa económica a consolidarse como una opción aspiracional, sostenible y cada vez más sofisticada.
Escapar de la rutina diaria y reconectar con la naturaleza es hoy una aspiración compartida por miles de familias. En ese contexto, las casas prefabricadas han dejado de ser una alternativa marginal para convertirse en un símbolo de modernidad y sostenibilidad.
Frente a la construcción tradicional, ofrecen rapidez, aislamiento avanzado, costes controlados y un impacto ambiental reducido, lo que las convierte en candidatas perfectas para quienes buscan una segunda residencia pensada para el presente… y para el futuro.
Mientras que levantar una vivienda convencional puede alargarse más de un año, las casas modulares se ensamblan en cuestión de semanas. Los módulos se fabrican en taller, se transportan al terreno y se instalan con precisión. El resultado: un hogar listo en tiempo récord, con la seguridad de un presupuesto cerrado y sin sorpresas de última hora. –sn–

