Reivindica la carne de conejo como uno de esos sabores y saberes de antaño que hoy se vuelven a demostrar más vigentes que nunca. Un imprescindible de cualquier dieta ‘healthy’
Por Deyanira Vázquez | Reportera
De abuelos a nietos. Así está transmitiéndose la apreciación por esa proteína saludable, versátil y sostenible que es la carne de conejo. Un producto de proximidad, europeo, que solía ser un auténtico imprescindible en las comidas familiares hace décadas, y que está regresando con fuerza gracias al interés de las generaciones más jóvenes y los deportistas por la alimentación ‘healthy’.
Y es que este producto, que a veces se pasa por alto, cumple con todo lo que las familias conscientes le piden a una carne blanca: con menos de 131 kcal por cada 100 g y más del 20% de aporte calórico en forma de proteínas de alta calidad, es baja en sodio, es fuente de vitaminas B3, B6 y B12, y contiene minerales como fósforo, potasio y selenio.
Su versatilidad, además, no entiende de formatos rígidos: la carne de conejo se puede guisar, hornear, escabechar o preparar a la plancha, adaptándose a cualquier plan, desde el menú post-entreno a la paella de los domingos. Un acervo cultural de recetas y elaboraciones con siglos de historia que los abuelos y abuelas manejan a la perfección, y que sus hijos y nietos están empezando a descubrir y a reinterpretar a su manera. –sn–

