Canainpa conmemora el Día Mundial del Pan y resalta su impacto económico y cultural.
Por Deyanira Vázquez | Reportera
En el marco del Día Mundial del Pan, la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, Pastelera y Similares de México (Canainpa) subrayó la relevancia económica, nutricional e histórica del sector panificador en el país.
Esta industria, profundamente ligada a la identidad cultural mexicana, empleó a más de 530 mil personas de manera directa y generó miles de empleos indirectos en su cadena de valor.
Además, fungió como un motor de emprendimiento local, pues de las 54 mil panaderías registradas en México, la mayoría fueron micro y pequeñas empresas familiares que preservan recetas tradicionales.
Eje de empleo nacional
Del total de empleos, 17.8% correspondió a grandes empresas donde la eficiencia y especialización fueron determinantes.
Asimismo, 9.6% se concentró en centros comerciales y tiendas de autoservicio, mientras que 7.3% se ubicó en panaderías familiares o negocios informales.
Estas cifras reflejaron la diversidad del sector panificador mexicano, donde la formalidad y la tradición coexisten con modelos empresariales modernos.
Diversidad y consumo nacional
“El pan mexicano ofrece una gran variedad que responde a distintos gustos y estilos de vida. Existen panes elaborados con harinas tradicionales e integrales, así como opciones con procesos y formatos innovadores”, señaló Julián Castañón Fernández, presodente de la Canainpa.
El dirigente explicó que esta diversidad permitió que los consumidores eligieran productos que se adaptan a sus preferencias y hábitos alimenticios diarios.
Además, reafirmó que la panadería mexicana mantiene un equilibrio entre lo artesanal y lo industrial sin perder calidad ni valor nutricional.
Preferencias del consumidor mexicano
Entre las variedades de mayor consumo en el país se encontraron el pan blanco y el pan dulce.
El primero —bolillo, telera, pan de caja y pan español— representó el 81% de la preferencia de los consumidores nacionales.
Por su parte, el pan dulce, que incluye conchas, donas, cuernitos y repostería diversa, abarcó el 19% restante del consumo total.
Tradición con innovación
La industria de la panificación mexicana combinó una tradición ancestral transmitida de generación en generación con el uso de tecnología moderna en sus procesos de producción.
Esta integración permitió garantizar calidad, inocuidad e innovación en los productos que llegan a las mesas mexicanas cada día.
De esta forma, la panadería nacional consolidó su papel como un referente gastronómico y económico de alcance nacional.
Impacto económico y social
La producción de pan en México involucró sectores estratégicos como el triguero, harinero, de levaduras, grasas, aceites, huevo y sal, fortaleciendo una cadena de valor interna.
El sector aportó significativamente al Producto Interno Bruto alimentario y generó sinergias entre productores, distribuidores y consumidores finales.
Estas interacciones reafirmaron que la panificación mexicana no solo alimenta, sino que también sostiene a miles de familias. –sn–


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